Música, ¿ciencia o arte?
¿Por qué la música es ciencia?
Los defensores de considerar la música como una ciencia, como si fuera la física o la filología, entienden que el universo musical está compuesto por numerosas fórmulas (los acordes serían el ejemplo más evidente) y que nada sucede al azar. En este sentido, incluso los estilos musicales más anárquicos tendrían unas estructuras básicas y reconocibles. Los compositores se ocupan, por tanto, de encontrar la mejor manera de combinar fórmulas casi matemáticas.
¿Por qué la música es arte?
La música transmite emociones muy diversas y profundas a aquellos que la escuchan. En consecuencia, es una forma de expresión a la altura de la pintura o la poesía, por lo que muchos expertos la consideran un arte. Esta visión resalta que, aunque las piezas musicales se origen por complejas fórmulas armónicas, el componente creativo y la genialidad del compositor siempre se imponen como la variable más importante.
El término como tal de música viene de la antigua grecia, y significa el arte de las musas. Entonces, a partir de lo dicho, queda una cosa clara: la música es un arte, por lo que existen reglas o directrice que hay que seguir para llevarla a cabo.
No obstante, por su naturaleza de arte, estas directrices no son leyes, y podemos llevar a cabo música de la forma que más nos sea oportuna.
La música es el arte de organizar en el tiempo los sonidos. Pero no todos los sonidos (aunque puede ser), sino una serie de sonidos que ya han sido concertados arbitrariamente.
La finalidad de la música es proporcionar una experiencia sensorial en el oyente, aunque va mucho más allá. La música proporciona emociones, y las evoca; por lo que es un fenómeno muy, pero que muy popular en nuestros días.
La música tiene muchas funciones. Por ejemplo se puede emplear como entretenimiento, o también como ambientación, de forma que se enriquezca a partir de ella una obra cinematográfica.
La música también se puede usar para la comunicación.
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